TERTULIA FEMINISTA LES COMADRES

Victoria Sau (Comadre de Oro 1991)

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LES COMADRES: UNA REFLEXIÓN CONCEPTUAL

Dos acepciones o definiciones que el Diccionario de la Academia proporciona sobre la voz "comadre" me invitan al comentario. La primera es la comadre como tratamiento recíproco que se dan, una a otra, la madre y la madrina de una criatura. Desde la teoría de "el vacío de la maternidad", según la cual es obvio que sólo se consideran y denominan madres las madres concretas, privando a las mujeres en general de un título de poder que los padres se reservaron en tanto que sexo dominante, he aquí que Les Comadres se han legitimado a sí mismas al otorgarse un título que las faculta para gestionar la sociedad en aquellas áreas de las que precisamente han sido históricamente excluidas las mujeres: la social, política y económica. Hacerse agentes sociales de sí mismas y de las más jóvenes contribuye a un modelo de sociedad menos patriarcal en el que las mujeres tienen poder de transformación.

Como actualizadas erinias, Les Comadres resaltan los comportamientos implicados en la no discriminación sexual y las aportaciones teóricas y prácticas para una sociedad renovada de la que las mujeres sean sujetos de derecho y de hecho. Esta es, según creo interpretar ajustadamente, la razón de su premio anual "de oro". Simultáneamente, el "felpeyu" es la expresión directa del rechazo y denuncia de aquellos comportamientos, personales o colectivos, políticos o culturales, que todavía reafirman la condición jerarquizada de los sexos y con ello la supuesta inferioridad de la mujer, lo que permite ofenderlas y humillarlas a todas a partir del genérico de una sola o unas cuantas.

La segunda acepción del diccionario es la que hace referencia a los significados de "vecina", "amiga" y "confidente". Esta es otra adquisición importante. Las mujeres, históricamente repartidas entre tantos hogares como padres y maridos han podido y/o querido crear y sostener, estuvieron divididas en función de los intereses de los hombres, incomunicadas, bien literalmente -soledad de hecho-, bien de derecho -prohibiciones hubo de que se encontraran y hablaran entre ellas en la calle- o, más sutilmente, inhibidas psicológicamente de relacionarse unas con otras para esclarecer su situación subordinada, para denunciar malos tratos, para reivindicar su independencia económica, para denunciar que no quieren tener hijos e hijas para la guerra, el paro, la pobreza, etc. Si las Comadres son ahora confidentes, amigas y se relacionan en sincera y grata vecindad, es que están cambiando los tiempos.

Todavía hay una última reflexión. Si observamos que el modelo patriarcal está concebido desde el pensamiento binario (masculino/femenino, mal/bien, guerra/paz, etc.) y que es evidente que el modelo es injusto en tanto que creador del sexismo y sus derivados, el clasismo y el racismo, dicho en términos binarios, es una estructura basada en el odio en tanto que opuesto al amor. Derivados del odio son la competitividad, la deshumanización, la agresividad, el antagonismo, entre otros. Derivados del amor son la simpatía, la solidaridad, pero también muchas de las palabras con el prefijo relacional co: colaboración, correspondencia, cooperación, corresponsabilidad, coeducación... COMADRE.

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